Rapsody

Avanzo lentamente en el tráfico de la ciudad, apenas desafío los 20 km/h y busco (sin distraerme del volante), algo que valga la pena a este sufrimiento: vapores emergiendo de los escapes, policías con muñecas flexibles indicando el sentido de los autos en las avenidas, dobles filas…

BARRAS FEMENINAS.
Hey, hey sister it don’t matter whether I do labor fast or slow,
There’s always more labor after.”
She’s real Catholic, see. She fingers her cross and she says
“There’s one reason. There’s one reason.

Piss Factory / Patti Smith.

Avanzo lentamente en el tráfico de la ciudad, apenas desafío los 20 km/h y busco (sin distraerme del volante), algo que valga la pena a este sufrimiento: vapores emergiendo de los escapes, policías con muñecas flexibles indicando el sentido de los autos en las avenidas, dobles filas… y por fin aparece la señal en el auto contiguo y cómplice de este vía crucis, suena Kendrick Lamar con “Complexion”, del álbum “To Pimp A Butterfly”, en el que se hace acompañar de Rapsody. Recuerdo entonces que a finales del 2015 ya se postulaba en las listas como favorito del año, sin embargo, “Damn” (2017) ya puede considerarse como parte de los “álbumes del año”. Lamar + Rapsody + 2017 = album of the year, la fórmula que cualquier ciencia de lo exacto podría presumir de inalterable.

Después de varios mixtapes, EP’s y los versos abruptos llenos de sentido y responsabilidad social en la obra maestra del señor Lamar, nos deja ver en “Laila’s Wisdom” (Jamla/Roc Nation [compañía fundada por Jay Z]), el segundo álbum de Rapsody (no Rhapsody), que su talento, pasión lírica y el poder femenino de una pluma forman la antítesis de lo que últimamente se ha creado con base en falsas historias y tendencias que invaden el mundo del Hip-Hop. Con letras basadas en el amor propio, evoca a los primeros años del movimiento (mediados de los setentas), a esa vieja escuela donde los grupos excluidos socialmente hicieron notar sus frustraciones mediante rimas estructuradas en un lapso corto de tiempo.

Y así comienza, con una oda a la muerte de su abuela, de la que confieso, me erizó la piel cuando al dejar salir los primeros sonidos, encontré un sampleo de “Young, Gifted and Black”, góspel escrito por Nina Simone en 1969 pero que en esta versión cover de 1972, la voz de Aretha Franklin hace lucir el equilibrio y grandeza que se va a desarrollar a lo largo del disco.

La evolución de Rapsody como contadora de historias a partir de un gran repertorio de facetas personales nos llevan desde la sabiduría de Laila hasta la historia sexista de “Sassy” que, acompañada en ritmo hace honor a la cultura B-boy de los años ochenta o las situaciones por las que un romance pasa y así mantenerlo saludable al correr de los días, adolescentes víctimas de riñas callejeras, o soldados muertos en la línea de fuego. Un disco lleno de estereotipos adaptados al perfecto R & B con historias que, sin llevar secuencia hacen de cada sentimiento algo auténtico y personal apropiándose de la identidad de cada uno de sus escuchas.

Siempre es satisfactorio ver a una MC alcanzar su potencial, Rapsody y sus barras han alcanzado la madurez para estar dentro de los mejores álbumes de este año.

Gracias Volkswagen 1982, gracias por hacer que este día tenga razón de ser.

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