Filosofía oriental simple y divertida
El lenguaje de los artistas es la forma, cuando una creación artística toma forma tiene sentido decir que el impacto de su obra está relacionado con la eficacia de sus formas y que la eficacia de éstas, por razones culturales son aceptadas por una convención.
Toma un instante orientarse al observar el trabajo escultórico de Tsai Wei Cheng (Taiwán, 1971), parece no haber reglas ahí, y eso puede o no importar, la voluptuosidad de las formas se destaca en inquietantes posturas que parecen moverse pero permanecen estoicas.
Observando cuidadosamente la superficie de cada una de sus esculturas, de las irregularidades comienzan a desvelarse los elementos más sutiles, el dominio del metal.
Como burbujas de aire, los personajes del escultor taiwanés se suspenden con cierto aire de divertimento espontáneo, pero a pesar de su ligereza éstos no se desplazan más allá, permanecen ligeros, desacordes a su corpulencia.
Los escenarios que acompañan a estos personajes, ancestrales, actuales, extraños pero familiares, siempre de espíritu gentil son escenarios intangibles, de fantasía o ficción según quien les mire.
Cada una de sus esculturas es una forma de expresarse y Cheng las moldea a su antojo con nostálgico apetito, con un ángulo diferente y con capricho infantil. Si tenemos suerte, estos extraños personajes se convertirán en divertidos amigos que nos llevarán a encontrarnos con una parte de nosotros mismos.
La obra de Tsai Wei Cheng mostrada en esta galería, ha viajado de oriente a occidente manteniéndose siempre simple y humorística, sin dejar de lado su filosofía oriental.
Para conocer más sobre el trabajo escultórico de Tsai Wei Cheng, visita su sitio web aquí.