El rostro segregado de la mexicanidad
El tercer largometraje del director oaxaqueño Jorge Pérez Solano: La Negrada (2018) constituye una propuesta que ondula entre la ficción y elementos del documental para presentarnos una historia honesta y cruda que, sin embargo, también nos obsequia momentos de candor sobre la población afromexicana de la costa chica de Oaxaca.
Se trata del primer filme desarrollado en esa zona y apuesta por visibilizar una población excluida y discriminada que lucha por reivindicar su identidad como parte de una sociedad mexicana y a su vez, proteger y conservar su herencia cultural y cosmogónica. Con esta película, el cineasta busca apoyar e inspirar a la población afrodescendiente a comunicar sus propios relatos para su inclusión en una auténtica multiculturalidad.
Al igual que en sus cintas anteriores: Espiral (2008) y La tirisia (2014), en La negrada, el director emplea el retrato friccionado de situaciones complejas (causas y consecuencias) del entorno social y económico de comunidades y poblaciones vulnerables, para entender y cuestionar su realidad. De esta forma la cinematografía de Pérez Solano es un cine contestatario, si bien, no antropológico, si no uno que indaga el tejido social de los lugares donde posa su lente.
La negrada muestra “El queridato” que sostiene Neri con Juanita y Magdalena. Juanita se encuentra desahuciada y pasa sus últimos días en su hogar, para Magdalena, ello arroja la posibilidad de dejar de ser la amante y convertirse en la única mujer del pescador, sin embargo, estos planes no se cumplen como ella espera.
Lejos de estigmas, seguimos la convivencia y la ausencia de Neri con sus dos familias, y contemplamos no solo la relación y dinámica de estas, si no la complejidad de diferentes costumbres y prácticas sociales que se viven en esa región y como condicionan la forma de vida de sus habitantes.
Los personajes son encarnados por actores no-profesionales, lo que refuerza la honestidad de la historia (aunque en ocasiones resta potencia a los diálogos). Por medio de la ficción, se consigue enfatizar tópicos como la falta de condiciones económicas y de salud, la discriminación, el no reconocimiento, o en su defecto, el rol marginado al que se relega a este grupo poblacional. Además, por medio de la fotografía de César Gutiérrez Miranda; el director contrasta las condiciones de vida de los pobladores con la riqueza paradisiaca en donde éstos habitan, y que contemplamos al recorrer la laguna en lancha, los caminos tendidos que Neri realiza en bicicleta, la playa, las chozas y los amaneceres.
La negrada es un filme potente, auténtico, que retrata la realidad social y naturalista; que contribuye a la memoria de un momento determinado en la historia de los pueblos negros. Abriendo camino a la perspectiva cinematográfica del cine nacional y extendiendo los horizontes hacia otros márgenes no del todo explorados.
Además de los festivales en los que se encuentra seleccionada, el filme actualmente se proyecta por comunidades de la costa chica de Oaxaca y se encuentra disponible en Amazon Prime Video.