Insects: del surrealismo en el cine checo

El pasado 27 de enero, durante la 47 edición del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, se estrenó Insects: el último largometraje de Jan Švankmajer. El filme, inspirado en las obras de tres grandes de la literatura checa, Franz Kafka y los hermanos Čapek, constituye una muestra del surrealismo en el cine checo y de la genialidad de Švankmajer para conjugar disciplinas artísticas con el cine “de animación”.

De entre éstas, la literatura ha sido su fuente constante de inspiración, como evidencian las referencias en sus filmes a numerosos escritores que comulgan con la poética transgresora del Romanticismo y de la literatura fantástica: desde Goethe hasta Poe, pasando por el Marqués de Sade y Lewis Carroll.

Insects, Jan ŠvankmajerAl hablar de la renovación cinematográfica auspiciada por las vanguardias europeas y latinoamericanas, así como por la Nouvelle Vague y el Neorrealismo es necesario considerar las aportaciones de la escuela checa a partir del siglo XX. Entre los reputados nombres de Hermína Týrlová, Karel Zeman y Jiří Trnka, Jan Švankmajer se ha consolidado como uno de los artistas indispensables para conocer y comprender no sólo el background cultural de la República Checa como también el complejo sincretismo artístico sobre el cual se construye su obra fílmica. ¿Qué es más irreverente que construir una crítica social y artística con base en la ficción? ¿Qué es más subversivo que grabar una película sobre dos textos poco entusiastas de la condición humana? ¿Qué es más surreal que ver a actores disfrazados de insectos que encarnan actores?

Insects, Jan ŠvankmajerLa controversia que rodea a Insects no se basa en el escándalo sobre la autoría o en el deplorable comportamiento de su director. Por el contrario, esta última producción de Švankmajer expone, una vez más, las discrepancias entre las formas de comercialización del mercado cinematográfico y la autonomía creativa en dicho medio. De manera que, ante la falta de financiamiento para comenzar las grabaciones de este guion, cuyo origen se remonta a la década de 1970, el equipo de producción y algunos colegas (cineastas como Guillermo del Toro y Stephen y Timothy Quay) convocaron a la dispersa audiencia de la obra de Jan Švankmajer para colaborar en la recaudación a cambio de poder adquirir diversas obras de las colecciones de arte táctil, litografías o la inconseguible filmografía del checo. Pero ¿por qué un artista con una trayectoria de cincuenta años en la industria del cine debe lidiar con las dificultades técnicas mientras en Hollywood suelen gastarse millones de dólares en insípidas interpretaciones sobre guiones de dudosa procedencia? Tal vez la respuesta, aunque incómoda, puede encontrarse en uno de los prólogos cinematográficos del artista en cuestión:

Siempre he querido hacer una película en la que el sueño se mezcle con la realidad, y viceversa. Como Lichtenberg nos dice, sólo la fusión de sueño y realidad puede hacer que la vida humana esté completa. Por desgracia, nuestra civilización no tiene tiempo para los sueños. No hay dinero en ellos. (Švankmajer, 2010).

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