Hágame el favor

La vida humana no es más que una serie de notas a pie de página
en una inmensa obra maestra oscura e inacabada.
Vladimir Nabokov

Le digo que si se concentra con todas sus fuerzas y pone la mente en blanco, pronto dejará de sentir ese dolor tan grande que acarrea. Esta es una técnica milenaria practicada por nuestro Gran Gurú y hasta ahora, nunca ha fallado. Hágame el favor y échele ganas, que tampoco podemos pasarnos toda la tarde así. Yo estoy apriete que apriete y usted me sigue diciendo que el dolor no amaina ni un poco, que todo sigue igual.

Tenga en cuenta que hay mucha gente que quiere ser sanada y hace rato que esperan allá afuera, entre la lluvia y los animales que picotean los pies o embarran los pantalones. Claro que todos ya dejaron su contribución, que como siempre remarcamos –y volvemos a remarcar–, es totalmente voluntaria.

Pero no por eso podemos estar perdiendo el tiempo así como así. Dígame la verdad: ¿no siente siquiera un pequeñísimo alivio, una ligera mejoría? Porque de ser así, podemos continuar la semana que viene. Ya le dije que este método nunca ha fallado antes, aunque jamás aquí se habló de curación inmediata. No vaya Usted a pensar mal ¿eh? Que tampoco esto es cosa de soplar y hacer botellas. Quizás lo único que requiere su caso es un poco más de voluntad. De su parte, claro. Tenga en cuenta que aquí nos dedicamos mayormente a casos un poco más definidos, más concretos, si se quiere.

Así como lo ve, en este humilde templo y en lo que va de la semana, ya hemos curado catorce personas con cáncer de colon, veintitantos paralíticos que ya forman parte del equipo nacional de atletismo, treinta y seis cegueras totales y dieciocho maridos impotentes. Por eso nuestros uniformes nuevos, los grandes veladores de plata, los hermosos candelabros de oro macizo, los grandiosos lienzos que decoran los fondos del templo, allí donde mora nuestro querido y Gran Gurú.

Yo estoy apriete que apriete y usted me sigue diciendo que el dolor no remite, que todo sigue igual. Así no hay técnica que funcione, le voy avisando. Hágame el favor. ¿Qué le cuesta? Un poquito más de empatía, le pido. Un esfuercito de nada. A fin de cuentas, es por su propio bien ¿no?