Mariana Castillo Deball en Nueva York
Si es posible evocar una conexión multidimensional entre el arte, la gráfica prehispánica, colonial y la época contemporánea, sus narrativas, su valor social y nuestro encuentro con todo aquello, tendría que ser a través del arte, y precisamente en el trabajo de Mariana Castillo Deball. Ahora, y por primera vez en Nueva York, el New Museum ofrece una exposición de la artista mexicana con el título “Finding Oneself Out”.
Pero Mariana va más lejos que su propia exploración histórica. Esta exposición es un híbrido de piezas surgidas de la gráfica y filosofía antropológica en yuxtaposición con todo aquello que el tiempo le echó encima, en una matemática asociada con los conceptos contemporáneos que marcan nuestra vida y nuestros referentes culturales.
La descripción curatorial explica el título como “una sensación entre el estudio de la historia y el encuentro de tan distante cultura”, lo que en realidad no tiene relación con “encontrarse a sí mismo”.
Pero una artista en tierra lejana, y con tantos años de trabajo sobre ese pasado grabado en códices y esculturas en relación con conceptos inherentes al pensamiento y quehacer contemporáneo (y atropellado por otras culturas), seguramente la ha sorprendido descubriéndose afuera, pero afuera de ese mundo lejano a tu tierra natal. Esa que es fuente elemental de sus creaciones.
La pieza central, por ejemplo, es el piso: un tablón calado con figuras de otras maderas haciendo un mapa colonial de San Pedro Teozacoalco, con una mezcla gráfica europea y mixteca (códices) del s. XVI, y re-interpretado en la era contemporánea en un encuentro interactivo, donde los ríos y caminos del mapa son delineados con diversas maderas, las cuales pueden ser recorridas al caminar sobre ellas (Teozocoalco Map, 2019. Triplay, fresno, cedro rojo, chopo, nogal y MDF).
En la entrada del salón, nos han traído algunos ejemplares de la serie “Do ut des” (2014-2019) (Tú das), inspirado en la frase “si yo doy, tú das”. Catálogos de museos intervenidos, como un intercambio de fuente de conocimiento y creación, en donde surgen múltiples cuestionamientos en torno de la generación de conocimiento venido de un orden arbitrario con apreciaciones de valor en la selección, colección y resguardo de acervos, pero convertidos en arte.
Mathematical Distortions (2012) es una instalación inspirada en la “scagliola” (una técnica italiana de fusión de piedras y resinas que imitan un mármol, pero con colores, incrustaciones y formas ilimitadas), conformada por piezas de múltiples colores y materiales, desde las cuales se observa una perspectiva distinta que genera por lo tanto un pensamiento también distinto. Castillo Deball, también amante del estudio de las matemáticas, concibe los cuestionamientos y conceptos que guían la vida humana como una fórmula matemática plena de paradojas, las cuales adquieren un orden en las instituciones, en las industrias culturales, pero generan, en esas matemática amorfa, encuentros y conflictos con la vida cotidiana.
Y por otra parte nos presenta “No Solid Form can Contain You”, una pieza-molde de una escultura de Coatlicue, la diosa azteca. La escultura original, al ser descubierta, fue escondida al público por muchos años. Mariana recupera el molde y lo convierte en arte, cuyas cavidades adquieren la presencia que fue el negativo de los contornos de la diosa. Una vista que pareciera la reversa que se articula con la conciencia y todo el complejo cognitivo y lúdico del arte de Mariana.
Mariana Castillo Deball reside en Berlín desde hace muchos años, en donde ha recorrido un gran camino en la escena internacional: seleccionada en Documenta 13, donde pudimos apreciar esa soberbia pieza parecida también a la técnica scagliola con incrustaciones de piedras y algunos objetos que me transportaron inevitablemente a México.
Entre otras exposiciones, me quedo con el entrañable recuerdo de aquella exposición individual en el Hamburger Banhof en Berlín, así como de sus piezas exhibidas permanentemente en el mismo museo. Ha tenido exposiciones individuales en Brasil, Italia, Francia, Inglaterra, Escocia, Suiza, Bélgica, Alemania, Estados Unidos, México. Y colectivas incontables. Ha ganado varios premios internacionales, y ahora por fin nos trajo el regalo de “encontrarnos también afuera” a quienes la seguimos por tanto tiempo y nos tenía esperándola en Nueva York.
