La filosofía de los escritores es infinita como el universo. Es cierto lo que dicen, cada cabeza es un mundo y por eso es que el pensamiento que aportan desde su perspectiva única es trascendental.
Aquí he compilado algunas frases que me parecen interesantes para meditar. En esta profesión, es común caer en la incertidumbre. Uno nunca sabe si va en la dirección correcta. De hecho nadie tiene manera de saberlo. Sin embargo, la sabiduría llega mientras se recorre el camino.
Escribir es como hacer el amor. No te preocupes por el orgasmo, preocúpate del proceso (Isabel Allende)
Al momento de iniciar un proyecto literario, donde el resultado final es completamente desconocido, la palabra clave siempre es proceso.
El proceso lo es todo: desde cómo una idea se desarrolla y cobra vida por sí misma hasta la manera en que cada personaje adopta su propia personalidad, cambiando la dirección original por una más intrépida y espontánea.
Sin esta parte del desarrollo, la historia no puede ser lo que tiene que ser. Por eso es que no hay que preocuparse por el orgasmo. Más bien hay que concentrarse en las condiciones que uno mismo puede crear para alcanzar ese clímax cuando tenga que llegar.
La escritura no es para los cobardes (Benyamin)
Me topé recientemente con esta frase y, tal es su impacto, que sigo pensando en lo cierta que es.
Escribir es liberar monstruos que secretamente habitan nuestros pensamientos. Es expresar abiertamente cómo es coexistir con estas criaturas y compartir esas experiencias con alguien desconocido: el lector. Esto puede ser muy intimidante.
Sin embargo, al momento de escribir sobre ello, no hay lugar para el miedo. Si optamos por reprimir ideas para no quedar tan expuestos ante los lectores, la historia pierde fuerza. La auto-censura tomaría lugar y eso es impermisible.
Mientras más transparente es la escritura, más se ve la poesía (Gabriel García Márquez)
A diferencia de la idea anterior, la transparencia abre puertas. Cuando el lenguaje y la expresión vienen de una incandescente fuerza interior, el lector se engancha porque se engancha.
Las imágenes y sensaciones que se pintan con palabras son el único instrumento para despertar la imaginación y la meta a lograr es que precisamente la mente del lector esté activa en cada página. Esa es una forma de hacer magia.
La poesía es magia.
Al creer apasionadamente en algo que todavía no existe, lo creamos. Lo inexistente es todo lo que no hemos deseado lo suficiente. (Franz Kafka)
Si alguien tiene que creer firmemente en la posibilidad de crear nuevos mundos, ese tiene que ser el mismo escritor. Entre más claramente visualiza la historia, más factible es escribirla.
Por otra parte, todo aquello que no se ha concretado también tiene una razón de ser. Cabe preguntarse, “¿qué es lo que me impide desear esto con mayor intensidad?” “¿Qué hay detrás de mis imposibilidades de expresar ciertas ideas?”
Fueron las otras artes las que me enseñaron a escribir. (Stendahl)
El escritor no sólo aprende de la literatura. Las otras artes como la música, la pintura, la escultura o la vida misma son también una escuela permanente. Un buen escritor es un buen observador. Absorber información de todos los ámbitos de la cotidianidad es una tarea que se debe realizar con disciplina para que siempre haya algo que contar.
Los escritores nunca dejan de ser aprendices. Cada experiencia deja una nueva filosofía. Grandes escritores han dejado testimonio de lo que ellos fueron aprendiendo mientras compartían con el mundo sus letras. Alguna vez será tu turno de hacerlo. ¿Qué le quieres decir a los nuevos escritores?
