La propuesta de Juan José Ortiz retrata la libertad de las formas, la composición puesta al servicio del imaginario del artista, donde se combina la coordinación del autor, con la subordinación del aprendizaje. Los colores crean una caída singular, una unificación de las circunferencias que se despoja independiente, para abrir entre matices ocres, negros y carmín, sorpresas a la vista inquieta del espectador.
¿Cuál fue tu primera inquietud y contacto con el arte?
Cuando vi a mi padre dibujar con mucha facilidad un personaje de Platero y Yo de Juan Ramón Jiménez. Lo dibujó de una manera tan rápida y casi perfecta que dije en mi interior; yo también lo haré, lo intenté, pero se me dificultó realizarlo.
Años después, todavía adolescente vi a un hombre pintar imágenes y letras sobre una pared, observé un rato, luego me acerqué a preguntarle cómo podría lograr dibujar y pintar como él. El hombre sonrió y me dijo: hay dos maneras seguras para lograrlo; ir a la academia o aprender de manera autodidacta, pero te aconsejo, cómprate un cuaderno de hojas blancas o rayada y has rayas verticales, horizontales, inclinadas, quebradas, curvas. No importa que te acabes varios cuadernos y muchos lápices, solamente así, se hará flexible la muñeca de tu mano y podrás trazar con facilidad cualquier figura geométrica, de donde salen todas las figuras. Además de comprarte revistas, libros de dibujo y pintura, práctica todos los días.
Posteriormente entré al Instituto de Artes Visuales del Estado. Al ser alumno de un maestro que enseñaba mientras él realizaba su obra – ahí me interesé por las artes –. Aprendíamos con sólo ver la facilidad con que lograba bellas piezas, algo así como cuando vi a mi padre a dibujar e intentar imitarlo.
¿Cuáles han sido tus mayores obstáculos a los que te has enfrentado para obtener un estilo propio?
Quitarme de encima ciertas trabas como los factores económicos (el mercado), educativos, culturales, sociales, religiosos, morales que frenan tu proceso de desarrollo, pero no lo paran, sin embargo lo retardan. Y en eso me tarde mucho tiempo.
Comentaré una anécdota: Fui a ofrecer obra a cierto personaje y me mandó a volar, diciéndome: no me traigas naturalezas muertas, florecitas, balconcitos, paisajitos, eso no, tráeme obra de lo que tienes en tu corazón, expresiones de tu visión del mundo y sus cosas.
Tomé mi trabajo y me marché pensando que tenía razón.
Desde ese momento cambie totalmente mi visión del arte, deje salir mis sentimientos y emociones, dándome la libertad que necesitaba, tanto en el tema como en los materiales e instrumentos de trabajo para encontrar mi estilo. También tuve que escuchar la opinión de otro compañero (penacho) pintor.
¿Cuáles son los temas que aparecen en tus obras? ¿De qué tratan?
El temor, la tristeza, el pesimismo, la injusticia, la esperanza, la mentira. El temor a la inseguridad, a lo vendrá que mañana, a lo imprevisto. La tristeza al ver tu entorno y ver que los cambios son muy lentos para todos. El pesimismo, al saber que el ser humano a pesar de ser capaz para cambiar su entorno y superar sus defectos, se deteriora cada vez más. La injusticia de que unos cuantos a nivel global decidan en el orden de la vida. La esperanza de que alguna de mis obras sirva de algo a los espectadores, para renunciar a la oscuridad del espíritu. La mentira como un vicio que enferma y nos hace monstruos, arrastrándonos al nivel de bestias.
¿Puedes contarnos más acerca de tu técnica?
Hubo un tiempo en que ya no me convenció el pincel, la brocha, la espátula y comencé a experimentar con otros instrumentos y materiales como la cuña, la rasqueta, la llana, pedazos de plástico, papel, cartón, estopa, thinner, aguarrás etc. Generé texturas, esfumados, volúmenes, formas agradables y caprichosas que hicieron más espontánea la obra y de mejor calidad a medida que pasaba el tiempo trabajando.
¿Qué momento del día es idóneo para ti como creador y por qué?
De las ocho de la mañana hasta la cinco de la tarde, porque necesito que se muestren los colores en toda su plenitud. Sólo con un sol radiante puedo encontrar toda su fuerza vibratoria, sin temor su fallar en su aplicación.
¿Qué es lo primero que suelen notar las personas o el público?
Creo que el color, partir de ahí, van adentrándose en las formas hasta conectarse, aunque puedo equivocarme, ya que todo espectador reacciona a su grado de conocimiento y a su estado de ánimo.
¿Cuáles son tus influencias artísticas?
Desde el punto de vista histórico los impresionistas alemanes del grupo Die Brücke del que formaba parte Kirchner; él comentaba que cualquiera que exprese directamente y sin disimulo lo que le impulsa a crear está con nosotros.
También son determinantes las influencias de los expresionistas norteamericanos y los pintores mexicanos Gilberto Aceves Navarro, Luis Filcer, Vlady y Rafael Coronel.
¿Qué recomendaciones le darías a una persona que se inicia en el arte plástico?
Qué si tiene posibilidades de ir a la academia, que vaya, pero que haga más de lo que ahí se le pide, que busque información, investigue por su cuenta en libros, revistas, suplementos culturales, videos, foros, charlas y no caer en el garlito de la comercialización fácil, sino esforzarse, experimentar sin miedo con materiales e instrumentos diversos en la realización de su trabajo.
Toda actividad es de paciencia, esfuerzo y resistencia, nada se consigue sin estas voluntades. Que no se deje aprisionar por la vanidad, orgullo, negligencia y envidia. Que sea honesto consigo mismo y humilde ante los demás, sólo de esa manera alcanzará el privilegio de la revelación. Todo tiene su tiempo.
Juan José Ortiz (1949. Puebla. Pue). Estudió la licenciatura en Ciencias Sociales y terminó su formación en el Instituto de Artes Visuales del Estado. Entre sus maestros destaca el argentino Chalo Tulián quien le impulsó a tomar en serio el arte plástico. Ha realizado más de cincuenta exposiciones colectivas, distribuidas en los estados de Puebla, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz, Chihuahua y Paris. También ha realizado siete exposiciones individuales en Puebla, Cd. Juárez, Chih., Huamantla, Tlax., Coatepec, Ver. Y Xalapa, Ver.
