El “todo” protagoniza la estética virtuosa de Jilipollo (Javier Medellín Puyou) puesto que cada elemento está dispuesto con sumo cuidado – con dadivosa invención e intención – se comparte la esencia y experiencia del autor. A través de las ilustraciones y la vibrante atmósfera colorida, el arte de Jilipollo es un encantamiento que contiene un discurso propio, donde la realidad y la ficción nos asombran en un paralelismo autentico, que abarca el “ser” y el tiempo. Este encuentro quimérico de las imágenes, está concentrado en la obra de una manera exacta. Jillipollo, el sabio de las formas, nos fascina con las ilustraciones más inesperadas en donde reside la pureza de su creatividad.
¿Cuál fue tu primera inquietud y contacto con el arte?
– Creo que el arte ha estado siempre presente en mi vida gracias a mi familia. Mi madre ha pintado gran parte de su vida, así como también lo hacía mi abuelo. Mi tío abuelo, Miguel Álvarez Acosta, fue director general del INBAL. Pero a pesar de esto no siento que yo haya tomado un camino artístico en forma, solo me gustaba dibujar ocasionalmente por diversión.
Me gustaba consumir lo que tenía al alcance de la cultura popular desde muy joven, al menos lo que llegaba a mi ciudad en ese entonces, y entre esas cosas estaba el cómic. Por esos mismos días me enteré que se impartiría un curso de historieta por el maestro Rubén Lara Morales, al cual incursioné y me motivó para aventarme con las pocas armas que tenía a sacar algunos intentos de cómics con colegas pensando que podría ganar mucho dinero. Como era de esperarse, la fortuna nunca llegó y sólo se vaciaban mis pobres bolsillos (acabé siendo un cerillo, ahí ganaba más), además de que las chicas no me hacían caso porque eso no era cool. Pero por otro lado pienso que eso me ayudó bastante a desarrollar mis habilidades.
¿Cuáles han sido los mayores obstáculos a los que te has enfrentado, para obtener un estilo propio?
-He pasado por varios obstáculos y derrotas en mi camino, y no necesariamente tienen que ver únicamente con el desarrollo de mi estilo. Creo que esas circunstancias solo han frenado momentáneamente la evolución de mi lenguaje, pero al retomar mi camino y la práctica, éste solo vuelve a tomar su rumbo. Uno de esos obstáculos fue cuando estaba en UK viviendo con mi pareja de ese entonces. No podía trabajar legalmente de mi profesión (soy arquitecto) porque no tenía permiso aún, así que, combinado con un trabajito en un bar; intenté incursionar en la ilustración, ya que para ejercerla no tenía que ser ciudadano de algún país en particular. ¡Es una de las ventajas de ser ilustrador freelancer! No tenía éxito a pesar de que trataba de hacerme de un portafolio decente y a la vez lanzaba muchos emails y cartas físicas a posibles clientes y agencias. La estaba pasando muy mal, estaba por tirar la toalla hasta que, sin esperarlo, fui avisado de que resulté ganador de un concurso a nivel nacional de la Coca-Cola en México, cuando aún me encontraba viviendo en UK. ¡Las nubes grises se abrieron finalmente y justo a tiempo! Eso me dio confianza y ánimo para continuar y creer en mí y en mis habilidades, y que eventualmente podría lograr vivir de ello.
Por cierto, mi estilo aún se encuentra en desarrollo.
¿Cuáles son los temas que aparecen en tus obras? ¿De qué tratan?
-En su mayoría los temas me los proporciona el cliente, pues prácticamente todo lo que hago es comisionado. Sin embargo, cuando tengo oportunidad de producir obra personal, recurro generalmente a temas que involucran la cultura pop, a veces con un aire de la década de los 70’s, el sci-fi, kaijus clásicos, mujeres y escenas que pueden involucrar varias historias a la vez. Algo divertido siempre es bueno también.
Por otro lado, suelo cambiar de gustos muy drásticamente, así que una obra podría contemplar una temática muy distinta a otra dependiendo del momento en que la haya realizado.
¿Puedes contarnos más acerca de tu técnica?
-Me gusta experimentar con diversas técnicas, sin embargo hay dos con las que trabajo comercialmente: la tinta con pincel y color digital, y la acuarela. Desde mis inicios he trabajado mucho con el manejo de la tinta y la línea, en gran parte gracias al dibujo de cómics. Diversos autores han sido una gran inspiración para mí respecto al manejo de tinta, especialmente algunos maestros del grabado japonés antiguo, quienes han influenciado fuertemente mi trazo hoy en día.
La acuarela la comencé a estudiar como consecuencia de una no muy buena experiencia: cuando entré a estudiar mi carrera, una amiga me recomendó como dibujante para un despacho de arquitectos. Ellos requerían a alguien que pudiera representar proyectos a futuro, pintados en acuarela. Yo no tenía en realidad experiencia con esa técnica. No sé si fue tonto o valiente de mi parte, pero lo acepté, aun estando consciente de mis deficiencias. El resultado: unas acuarelas regulares, no apropiadas para presentarlas a sus clientes. Nunca me volvieron a llamar. Quedé tan frustrado, que me entraron unas ganas de proponerme a estudiar y practicar la acuarela, hasta que quedé enamorado de ella y de todas sus posibilidades.
¿Qué momento del día es idóneo para ti como creador y por qué?
-Aunque trabajo día y noche, lo idóneo para mí es trabajar por la noche. ¡Hay silencio, no hay distractores y nadie interrumpe!
¿Qué es lo primero que suelen notar las personas o el público virtual al apreciar tu arte?
-Eso depende del espectador, los cuales muchas veces me sorprenden con su interpretación de mis trabajos, ¡y eso es invaluable! Creo que el mejor comentario hasta ahora ha sido “¿Tú haces eso solo para pretender ser sensible y ligar chicas, cierto?”
¿Cuáles son tus influencias artísticas?
-Mis influencias vienen de distintas direcciones, y siempre las voy ampliando. No me refiero únicamente a ilustradores, pintores o historietistas. Éstas abarcan la historia, la moda, la fotografía, el diseño, la sociedad, la música, la filosofía o simplemente las acciones de alguna persona. Si tuviera que mencionar algunos autores en este momento, puedo pensar en los kaijus de Bob Eggleton, el sci-fi y escenarios de Simon Stalenhag, el trazo y la estética antigua de Kawanabe Kyosai, los trazos con tinta de Akiko, los cómics de Paul Pope, Jack Kirby, Hiroaki Samura, Junji Ito, Masakasu Katsura y Kentaro Miura, así como las elegantes fotografías femeninas de las ucranianas Dasha y Mari.
¿Qué recomendaciones le darías a una persona que se inicia en el arte plástico?
-Todos hemos sido testigos de las constantes cancelaciones que han tenido que sufrir distintos artistas por todo tipo de motivos últimamente. ¡Incluso hace pocos meses intentaron cancelarme a mí también! Creo que es algo muy peligroso y lamentable que limita o prohíbe totalmente la libre expresión en el arte. Cuando comienzas a tener un poco de prestigio, tarde o temprano vendrán tras de ti. Estas personas no representan a la mayoría de tu público potencial, y el problema realmente recae en la mentalidad de los usuarios que se molestan. Ellos no son tu audiencia, no tienen ninguna autoridad de impedirte compartir tu arte y expresarte libremente. Invito a todos los artistas y aspirantes a que continúen con su trabajo, presentándolo como les gustaría presentarlo al mundo. Incluso aunque no creas que tu arte es perfecto, por favor entiende que estas personas que atacan tu arte ni siquiera lo hacen basándose en tu técnica. Simplemente te atacan basados en su adoctrinada forma de ver el mundo o supuestos valores que están propensos a cambiar en cualquier momento. Por favor continúa con tu trabajo, ignora a estas personas que creen que tienen más poder del que realmente tienen.
¡Ánimo y saludos!
Javier Medellín Puyou (Jilipollo). Arquitecto e ilustrador mexicano. Su trabajo se ha convertido en una oda a la década de los setentas californiana, los grabados antiguos japoneses, la iconografía pop y las visiones futuristas.
