El potencial narrativo del dibujo como arte es un factor esencial que en la obra del artista belga, Rinus van de Velde, empuja al espectador a la inmersión total en su mundo ficticio.
Capaz de iniciar una nueva vida en cada lienzo, Rinus apela a una necesidad humana fundamental, la capacidad de verse a sí mismo a la distancia. Quizá una expresión de narcisismo o un escaparate a su ordinaria vida como él así lo manifiesta; con ese pretexto en mente, se aventura a crear una biografía ficticia de instantáneas sobre historias ambientadas en universos paralelos, donde no existen limitaciones.
En una minuciosa rutina donde se controla y manipula todo, Rinus van de Velde consume una vasta documentación iconográfica como preámbulo a su gran proceso de creación, donde el dibujo es apenas la punta del iceberg, y donde además se genera una identidad clara y una firma reconocible.
La imaginación en este proceso también se beneficia de la intervención de otros colaboradores, transformando esta práctica de origen individualista en fraternales juntas donde cualquiera de ellos puede sugerir una historia para estas viñetas de dibujos al carbón.
Se crea una fina capa de polvo negro en su vida, y en esta se mezclan nostalgia e ironía, se abandona toda pretensión de verdad y se sucumbe al placer estético y al deseo de entrar en la imagen o a veces incluso a desaparecer en ella.
Es un trabajo existencial donde la referencia fotográfica es franca, además de fotografiarse a sí mismo, se extrae a otros personajes de su contexto original y se les mezcla e inserta en una nueva narrativa que se equilibra entre la realidad y la ficción. Los textos al pie de la obra funcionan como los subtítulos en una película muda, buscan transmitir el significado propio del autor y evitar con esto una interpretación demasiado aleatoria por parte del público.
El mundo de ficción de Rinus van de Velde no sólo ha sido el escaparate para las limitaciones de su vida real, le ha extraído de los estrictos límites de su estudio insertándolo en prestigiosos lugares como el Museo de Arte Moderno de París, Francia, el S.M.A.K Museo de Arte Contemporáneo de Gante, Bélgica, la galería Zink de Berlín, Alemania y la galería Susan Nummerhof, Nueva York, Estados Unidos entre otras.