Nada puede ser perfecto

Seconds es la novela gráfica que le siguió a Scott Pilgrim, y en esta ocasión la protagonista es una chica. A punto de cruzar la frontera de los 20 para entrar en la primera parte de la treintena, Katie es una chef que ha logrado convertir sus platillos en los favoritos de muchos, gracias al apoyo de amigos y su propio talento.

Seconds

Bryan Lee O’Malley
Ballantine Books

Canadá es un tema de chistes para las series gringas que vemos acá, y el destino lejano de alguien cercano que elige estudiar muy al norte de casa, pero sin cruzar océano. También es tierra de Bryan Lee O’Malley, autor que le dio un golpe al mundo del cómic cuando lanzó la serie de Scott Pilgrim, la historia hipster por antonomasia que tuvo adaptación cortesía del director hipster Edgar Wright y el actor hipster Michael Cera. Un hitazo, en el papel y en la pantalla.

Seconds, Bryan Lee O’MalleySeconds es la novela gráfica que le siguió a Scott Pilgrim, y en esta ocasión la protagonista es una chica. A punto de cruzar la frontera de los 20 para entrar en la primera parte de la treintena, Katie es una chef que ha logrado convertir sus platillos en los favoritos de muchos, gracias al apoyo de amigos y su propio talento. Sin embargo, los años han pasado y, aunque el local, Seconds, continúa aclientado y favorecido por los paladares de sus visitantes, sabe que es momento de dar otro paso: un nuevo concepto, creado sólo por ella. Para llegar a ese punto, Katie ha hecho una serie de decisiones no ideales que la tienen ya en un punto de quiebre: vive en la parte de arriba del restaurante, todo su dinero se va en remodelar la vieja casona que albergará su trabajo más importante, y ha sabido alejar de su vida a personas que ahora le hacen falta, aunque no quiera admitirlo. Hasta que una noche, despierta de pronto y ve una chica de cabello blanco agazapada en la cómoda de su habitación. No habla, no se mueve, no sabe quién es ni cómo entró, pero está ahí, en la oscuridad, como un gato que la observa fijamente.

Seconds, Bryan Lee O’MalleyA partir de este momento conocemos que existe una manera de que Katie pueda deshacer las elecciones que no tomó con la cabeza fría, una manera que no debe explotarse, pero que a ella le tendrá sin cuidado: para eso es uno joven, ¿cierto? ¿Cuántas veces no hemos sentido que los años sólo se nos acumulan para recordarnos todo lo que hemos hecho mal? Si tuviéramos una segunda oportunidad, ¿qué tanto habría cambiado lo que tenemos hoy y nos duele de vez en cuando? O’Malley toma esa angustia de juventud-no-tan-joven y la traduce en la ligera histeria de Katie, quien se mueve y actúa bajo la narración de una voz que la conoce demasiado bien y que, de frase en frase, la hace sentir incómoda aunque no puede negar muy bien que tiene la razón. La narrativa del ilustrador y escritor canadiense es tan ágil como cualquier otra de sus obras, y esta historia de buenas intenciones y arrepentimientos tiene mucho del humor que no sólo caracteriza su estilo, sino a la vida misma. Sus 321 páginas se van en menos de dos horas, garantizado. Seconds se concentra en una vida cotidiana tocada por un espíritu sabio al que no se obedece y, vaya, es bueno recordar que por más que lo intentemos, nada puede ser perfecto.

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