Monólogo de un hombre grande

Agua carbonatada, Colorante annato E-150d, Edulcolorante E-952 Acidulantes E-338, Cafeína: Son la llave necesaria para un corazón atiborrado de colesterol. Jum, Jum. Si alguien ha entendido la belleza ese, es Botero. ¿Qué sentido de estética encuentra ahora la sociedad en los cuerpos delgados? Cuando examino esas anatomías enclenques y frágiles anunciando trajes de baño o caminando por una pasarela, sólo puedo sentir repulsión. Claro que poseer una figura como la mía, 87 kg por encima de mi peso adecuado es un reto que demanda una dieta rica en Grasas Saturadas, Monoinsaturadas, Poliinsaturadas y Sodio. Jum, Jum, Jum ¿Están tan excitados como yo?

Monólogo de un hombre grande
Iliustración, Shohei Hanazaki

Hidratos de Carbono, Grasas Lípidos, Carbonato de Sodio. Jum Jum Jum ¡Usted tiene problemas anímicos –depresión- que lo llevan a buscar llenar ese vacío a través de la comida.! ¡¿Acaso No tiene respeto por usted?! ¡Usted es un problema de salud social que sale muy caro a los contribuyentes! ¡Usted pesa cuatro kilos más que en la última revisión, y eso fue apenas hace un mes! ¡Si no se empieza a cuidar terminará en la morgue! ¡Levántate de ese sofá y llama inmediatamente a los teléfonos que aparecen en pantalla, el multisportgym esculpirá esas horrorosas llantas en fuertes y definidos músculos, que esperas, llama ya! Que saben los psicólogos, los médicos o esos falsos instructores de televisión que sólo comen una hoja de lechuga al día. La felicidad no es tan subjetiva, la circunferencia del abdomen puede ser un buen indicador de ella, se los aseguro. Los hombres con sobrepeso somos mejores amantes. No, no es vanidad o egocentrismo. En un hecho científico.

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Harina de trigo, Jarabe de maíz, Sal soyada, Aceite vegetal hidrogeado, jum jum. Muchos pasan una vida dedicando horas a la lectura de la filosofía, a la literatura; al arte en solo de sus manifestaciones. Es ahí, donde encuentran aquello que los contrasta del resto, y muchas veces esa diferencia los lleva inevitablemente a la marginalidad, a vivir fuera del agrado del resto del mundo. Yo llevo aquella disidencia en el metabolismo. Cuando se es “el gordo del salón”, -De huesos anchos- decía mi madre. La infancia es un campo minado por el que se aprende a cruzar, no sin daños colaterales. Mis compañeros, una horda de niños cadavéricos que bien podrían haber ocupado la portada del National Geographic junto a un buitre a la espera de devorarlos. Usaban las pocas neuronas con las que contaban buscándome adjetivos y apodos. En fin, la verdadera grandeza pasa inadvertida para quienes carecen de visión. Hay está por ejemplo: Buda, Marx, Santa Claus y los judoistas en pañales. ¿Qué mayor prueba necesitan? Todos eran gordos y son un referente obligado.

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