La interpretación por el otro

Parte 1: espacio para representar

Recientemente se ha puesto mucho en discusión sobre si los personajes pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ que son llevados al cine deberían ser representados exclusivamente por intérpretes de la misma comunidad o si también lo deberían de hacer actores o actrices con preferencias heterosexuales.

Dante Gill
Mr. Gill.

La discusión ha provocado que figuras como Scarlett Johansson abandonen proyectos importantes. Johansson interpretaría en la película Rub and Tug a Dante “Tex” Gill, hombre trans dueño de salones de masaje en Pittsburgh quien fue condenado a prisión por ser un gánster que manejaba esos centros como fachada para centros de prostitución. Sin embargo la razón para que decidiera no hacerlo fue toda la ola mediática sobre por qué ella era seleccionada para este papel cuando existe una infinidad de actrices y actores trans que no se hacen visibles por la industria del cine.

De igual forma, la actriz Cate Blanchett defiende el otro lado de la discusión, donde apoya que interpretes heterosexuales representen a personajes de la comunidad pues el papel lo merece finalmente la persona con más capacidad actoral, y de cierta forma está en lo correcto, sin embargo existen dos niveles en esta disyuntiva dando la razón a ambas partes pero en distinto orden. Primero se tiene que resolver el espacio para la representación y después la capacidad actoral.

Mickey Rooney en Breakfast at Tifanny's
Mickey Rooney en Breakfast at Tifanny’s, 1961.

No existe duda de que el mejor papel lo tiene que interpretar la persona más preparada y la que mejor desempeñe durante las audiciones, sin embargo esto no podrá ser posible si las posibilidades son limitadas y restringidas. La lucha no es por una exclusividad para que personajes LGBTTTIQ sean representados exclusivamente por miembros de la misma comunidad, esa no es la pelea, la discusión verdadera versa sobre encontrar un espacio para que los miembros de la comunidad sean visibles y tengan mayores oportunidades, una lucha nuevamente por la visibilidad de miembros existentes en la sociedad.

Esta es una contienda que ha existido continuamente durante todos los años del entretenimiento. Primero era buscar un lugar para las mujeres, misma lucha que se sigue realizando. Es bien sabido que hasta si cuentan con grandes oportunidades en muchos de los casos la desigualdad salarial se hace presente y es que por cuantioso que sea el salario de una mujer la diferencia sigue siendo presente respecto al salario masculino. La lucha por el espacio ya se ganó, ahora la lucha esta por la igualdad en el espacio laboral, no en la pantalla o el teatro.

west side story
West side story, 1961.

También encontramos la lucha por las minorías que no son representadas por actores del mismo sector empleando el whitewashing, es decir, intérpretes de tez blanca que se maquillan para adoptar roles de individuos de otras comunidades, ya sea asiáticas, negras, latinas o sea cual fuere el sector social en cuestión.

Este tema ha ganado mucha fuerza debido a que por qué un actor blanco tendría que interpretar a un personaje japonés con el número de habitantes japoneses que existen en Estados Unidos. Esto es un claro ejemplo de lo ocurrido con Mickey Rooney interpretando a un japonés en Breakfast at Tiffany’s. Otro ejemplo es una mayoría del elenco de West Side Story, personajes latinos interpretados por actores blancos a quienes les tuvieron que maquillar para cambiarles el tono de piel y nuevamente surge la pregunta ¿qué no había intérpretes latinos en Estados Unidos en 1961?

La lucha que se da con la comunidad LGBTTTIQ es un poco más complicada, ya que su diferencia no es física, claramente, una persona de la comunidad no tiene la piel de otro color sólo por pertenecer a la comunidad o por tener otras preferencias. La lucha, verdaderamente está por la visibilidad de la comunidad, por tener un espacio activo ya que gente trans con mucho talento es continuamente rechazada y marginada por atreverse a ser quien realmente es. Lo mismo pasa con actores y actrices homosexuales, que tienen que esconder su preferencia durante un tiempo de su carrera para ser partícipes de esa competencia.

Primero habrá que resolver ese problema, el de la visibilidad en los espacios y después y sólo entonces se podrá hablar de una igualdad en competencias actorales.

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Comentario

  • Los papeles de ancianos, que los hagan actores de la tercera edad.
    Los papeles de discapacitados que los hagan personas discapacitadas, papeles de ciegos actores ciegos, y así sucesivamente. Tendrían que buscar muchos actores nuevos para que fueran representados todos los sectores de la población.
    Pero en realidad lo que se quiere son imánes de taquilla y los actores de moda. Ningún productor arriesgaria con actores desconocidos que no representen ganancia y recuperación de la inversión

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