Beach House: 7

Beach House

Han pasado doce años desde que el dúo conformado por Victoria Legrand y Alex Scally lanzó su primer álbum homónimo. Beach House salió al mercado como una propuesta muy poco conocida y aceptada en ese entonces, pero que, con el paso de estos doce años, logró apropiarse del género y del público, logrando así convertirse en el máximo referente del dream pop.

Los de Baltimore consolidaron su carrera con trabajos fascinantes, como Teen Dream y Bloom, hasta con álbumes que, si bien, podrían ser considerados como parte de la época de “estancamiento”, no dejan de ser claras referencias, como Depression Cherry y Thank Your Lucky Stars.

Pero convertirse en el principal exponente de un género no es tarea fácil, y Beach House tuvo que enfrentarse al problema de la evolución y el progreso. Si eres el principal estandarte de una ola musical, lo menos que debes hacer es ser la guía que marque el camino de tus sucesores. Fue así que, después de seis magníficos álbumes de estudio, la banda lanzó un disco que desafiaría sus propias iniciativas sonoras, con el objetivo de llevarlos a otro nivel. 7 es el resultado de este primer intento.

Beach House

Conformada por canciones que nos pueden recordar a sus discos anteriores, y por otras que marcan claramente la aventura experimental, 7 es, hasta el momento, el disco menos “Beach House” que la banda nos ha dado. Y eso no está mal. La banda nos ha mandado la primera advertencia de lo que podría ser una nueva revolución sonora y que, afortunadamente, hemos podido presenciar.

Con propuestas tanto provocativas como desafiantes que mantienen la esencia del grupo, Beach House nos brinda obras como Dark Spring, Lemon Glow, y Drunk in LA que nos sumergen en una experiencia tanto psicodélica como relajante. La combinación es simplemente increíble y Black Car es su más grande ejemplo. La canción nos adentra en un ritmo dulcemente marcado por sintetizadores, acompañados posteriormente por un leve órgano y liderada por la encantadora voz de Legrand.

La experiencia se convierte en una contradictoria mezcla entre terror y relajación al que el oyente debe someterse si desea comprender el camino marcado por la banda 7 es el inicio de lo que parece ser una nueva etapa en la historia de Beach House. Una renovación que no busca abandonar las formalidades responsables del éxito y su calidad, sino más bien, como un proyecto que busca expandir sus fronteras y consolidarse como el máximo exponente del dream pop.

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