“¿Dónde esta la vida que hemos perdido viviendo?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?”
T.S. Elliot
Por si no lo has escuchado, Spike Jonze ha asaltado el medio del cortometraje por años, aunque su último trabajo en este aspecto fue en 2011, con películas como “Armadillo by Morning” y “We Were Once a Fairytale” pero esta vez lo presentaremos con su tan aclamado “cortometraje secreto de robots”, como el lo llama, I’m Here.
A su manera, Jonze una vez más logro crear algo familiar pero extraño, bello innegablemente, pero que seguramente polariza las audiencias.
La película, también escrita por Jonze, sigue a Sheldon, un robot melancólico que existe en un mundo donde tal estado no parece ser un gran problema. Trabaja en la biblioteca local, viaja en el autobús, se pasa las noches en un pequeño departamento, todo el tiempo se ve tímido y deprimido.
Eso cambia cuando capta la atención de un robot femenino: un interés amoroso que le permite a Sheldon conectarse con el mundo y disfrutar tal vez por primera vez.
Aunque el cortometraje es ya un clásico de hace 8 años, finalmente lo vi. Es difícil engancharse con cortos de 30 minutos, aún cuando se confía en la calidad. I’m Here tuvo que esperar en mi propia línea personal, pero todo llega en su momento perfecto y confieso que la película no es nada si no apasionante.
Como pieza cinematográfica es un triunfo; desde el primer plano, la película llega a su ritmo melancólico y cautiva. Jonze es un maestro estilista y crea escenas de depresión exquisitamente suave. A través de una misteriosa ciencia personal de ritmo, encuadre y diseño de sonido, Jonze tiene la notable capacidad de hacer que uno se sienta “presente” durante una película de una manera en que pocos cineastas pueden hacerlo, incluso en ausencia de acción o diálogo apasionante.
A pesar de ser una película de robots, renuncia a la acción, el futurismo y hasta el fetichismo tecnológico normalmente asociado con este género, en lugar de eso enfoca sus energías en ser un drama de relación mundano.
Siempre alguien lo dice de mejor manera, siempre.
