La consumación de un placer perverso con una placa para su epitafio.
El cuadrilátero no es cuadrado, ni redondo, ni de forma alguna conocida. En un principio es sangrienta y cruel, pero se crece, te alimentan y mantienen caliente. Formas una familia, por un momento te olvidas que estás, desde tu inicio, en una lucha, cada día es un round más, pero te has acostumbrado a ganar siempre, y no sospechas, ni por un minuto, que la estrategia de tu oponente es cansarte, atacarte por los ancos, dejarte ganar para que te sobreconfíes y en un momento inesperado dar el golpe mortal.
Habrá ocasiones en que las victorias de sabrán a derrotas porque veras a tus compañeros caer en el combate, son esos momentos de desdichas que te revelan una verdad trágica: Luchar para al final perder y ser olvidado.
Te llorarán, es cierto, pero sólo por unos días.
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“The Champion” de Thomas Ott (“Cinema Panopticum”, © 2005, Edición Moderne Zurich)
Thomas Ott nació en Zürich en 1966. Recibió formación como artista gráfico en la Escuela de Diseño de Zürich y desde 1987 es dibujante e ilustrador free-lance. De 1998 a 2001 Ott cursó estudios de cine en la University of Art Y Diseño (ZHdK), Zürich. Actualmente vive y trabaja en Zürich y París. Los viajes de Ott a México lo convirtieron en un fanático de la lucha libre.