Jave
Haragán profesional. Considera que Diógenes era un culero que bien sabía que nunca encontraría hombres verdaderos, así que, para qué esforzarse. Esta misma línea de pensamiento le llevo a descubrir a que, o hay muchas deidades o no hay ninguna, pero jamás una. Sin embargo le da igual, puesto que es evidente que de todas formas no importamos para mucho, ni jamás valdremos para tanto. Quizás es por esto que lleva sobre su boca una alegría inmensa y sobre sus ojos una tristeza larga.
Un cínico apócrifo al fin y al cabo.