El palíndromo desciende a escala tonal, el enjambre surge para dejar entrever el rayo de luz, la impresión dormida, el regocijo de la geometría encarnando dimensiones adjuntas; para buscar una en la cual seas tú mismo, donde puedas permanecer sin la atadura del tiempo. Lo que vemos no solo es la abstracción y maestría de las habilidades poderosas del artista, son episodios de la vida, nuestra, de otros, enmarcada en los ligeros tonos que hablan de un tesoro edificado en la utopía del diario, a través del rojo en los intenso tono encontramos sensaciones prisioneras tratando de salir, guerreras de la repetición, y al final nos sumimos en la quietud e invitación del centro, donde el azul, levanta el techo para apaciguar nuestra aflicción, otorgándonos la consideración magnánima, de un corazón despejado.
¿Podemos degustar con la mirada los vertiginosos tonos, que alivian nuestra conciencia, en el ir y venir de la estética propia? El color oculto que ofrece el artista a cada uno de nosotros, es auténtico y está construido en el secreto de la naturaleza individual, la complicidad. Los redobles y trompetas del remolino visual, abren la celda de nuestras emociones y dejan caer las pesadas cadenas de la cotidianeidad, el arte de German Laris, despeja la condena y el padecer del tono sobrio.
En la serie “Chicles” (2018). German Laris nos muestra las frecuencias exactas, la obra busca el contacto mutuo con la audiencia por medio de la ascensión de los colores, que retoman el vuelo y se flexionan divergentes en la interioridad del espectador. Las señales tras el velo de los tonos, dejan sin aliento a la fábula gris de la rutina citadina, y tras la última subida en el caleidoscopio de formas y colores, la celebración prometida se acerca lentamente, inquieta, susurrando: “mientras aun vives, tienes permitido pensar y amar en el tono que os plazca”.
Germán Laris (Guadalajara) es investigador y artista. Ha gestionado proyectos, donde toma como punto de partida las artes plásticas, ligadas a la reflexión de lo extraordinario. Colaboró como curador en la Galeria La H (2011 – 2014) donde se expuso la visión de varios artistas emergentes, así como su aportación conjunta con otros artistas (2003) que actualmente podemos ver en textos de sala, catálogos y publicaciones: Remora, La Rueda, El Diablito. En la actualidad colabora con una serie de ensayos – Blog de Arte, Jalisco – donde nos muestra su percepción en lo referente al trabajo de artistas locales. Ha expuesto tanto en muestras individuales como en museos y espacios alternativos.
