El sabor del suicidio, según Abbas Kiarostami

Abbas Kiarostami - Taste of cherry

¿Hay razones para suicidarse? Si hay una razón, por muy mínima que sea, ¿cómo sería? ¿Valdrá la pena hacerlo? Muchas veces los cómos y porqués son misteriosos y pocas veces resueltos; pero para Abbas Kiarostami el suicidio tiene que ver con la nostalgia, la rabia e impotencia, o por lo menos eso nos muestra en la película El sabor de las cerezas (1997).

En ella, Kiarostami se proyecta en el Señor Badii, personaje principal quien conduce una camioneta vieja por las calles de Teherán, Irán, preguntándole a diferentes personajes si podrían hacerle un trabajo que será bien recompensado. Algunos sospechan y temerosos huyen sin saber su tarea; otros niegan ayudarle, ya que la religión musulmana prohíbe el suicidio e, incluso, buscan persuadirlo de no hacerlo, mucho menos en un hoyo cavado por él mismo a mitad de un monte seco, donde sólo le acompaña un frágil árbol. Él insiste, pero nadie acepta. No obstante, conoce al Señor Bagheri que acepta ayudarlo, no sin antes tratar de comprender el porqué. Al caer la noche, el Señor Badii, toma un taxi y pide que lo lleve al lugar donde permanecerá toda la noche bajo los influjos de los somníferos que beberá antes de acostarse sobre la tierra. Sin más, la película finaliza y queda como incógnita qué sucedió con él.

Abbas Kiarostami - Taste of cherry

¿Hay una exigencia de análisis! ¡Sí! ¿Por qué un árbol junto un hoyo? Parece una escena de Samuel Beckett que juega con los personajes, los objetos y su relación entre ambos: el lenguaje, llevando consigo el absurdo de la existencia. Sin embargo, parece que la reminiscencia y la angustia se unen para decirnos algo del árbol que yace, como ya insistimos, en medio del polvo y las máquinas que desgarran los pedazos de tierra.

Abbas Kiarostami - Taste of cherry

¿El hombre -sin distinción de género- es máquina o es naturaleza? Si el árbol es desgarrado de la tierra, ¿qué quedará de vida en ese lugar lúgubre? Pero si yo intervengo entre la máquina y la naturaleza, ¿Es suicidio o una “búsqueda de la propia muerte”? Parecería que ambos conceptos significan lo mismo, pero hay una distinción interesante: el suicidio, para Albert Camus en El mito de Sísifo, es la finalización del más grande absurdo que existe: la vida. La vida, en algún momento, encuentra cobijo en el arte. Empero, si retomamos a Jean Améry en Levantar la mano sobre uno mismo, puede haber una distinción entre ambos conceptos; y no sólo eso, sino que habría un sentido de ofrecer la propia muerte para que alguien más, sea quien sea, siguiese viviendo en el porvenir (definición que posiblemente le agradaría a Emmanuel Levinas cuando nos habla de la liturgia en sentido filosófico). Entonces, ¿habría un sentido o no para el Señor Badii? Sorpresivamente, Abbas Kiarostami, nos incluye un viejo corto casero en el que aparece él y en donde posiblemente podríamos encontrar una respuesta, o un final, a El sabor de las cerezas.


Bibliografía:
Améry, J. (2015), Levantar la mano sobre uno mismo. Pre-textos: España.
Beckett, S. (2008), Esperando a Godot. Tusquets: España.
Camus, A. (2016), El mito de Sísifo. Alianza: España.
Levinas, E. (2013), Humanismo del otro hombre. Siglo veintiuno: México.
Nietzsche, F. (2015), Así habló Zaratustra. Gredos: España.

Imágenes:
Taste of cherry poster – www.kinosein.wordpress.com
Abbas Kiarostami – www.fourbythreemagazine.com
Abbas Kiarostami con gafas – www.elprogreso.es

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