Como cada tanto seguí mi solemne ritual previo a la redacción, no puedo obviar que en el proceso me gusta picar algo de comida, escribir me abre el apetito aunque poco dejo entrever de mi literatura glotona en esta revista.
Apenas probé bocado y ya estaba inmerso en la red, el haz de luz de la pantalla iluminaba mi rostro siempre ávido de asombro.
El platillo trendy en la red es Anthony Bourdain y en el frenético scrolling ha captado mi atención el video de un programa desconocido para mi hasta hace unos instantes, Raw Craft, el episodio transcurre en New Orleans, lugar de nacimiento del Jazz.
Y es el Jazz el pretexto, el inspirador de este texto, recuerdo que años atrás fue para mi un proceso laborioso digerirlo, el gusto en gran parte se lo debo a tres tipos americanos de aspecto desabrido, Medeski, Martin y Wood.
Como cada tanto seguí mi solemne ritual previo a la redacción, no puedo obviar que en el proceso me gusta escuchar algo de música, escribir me incita a buscar discos, aunque poco dejo entrever de mi literatura musical en esta revista.
Me planté aquí, con los dedos oprimiendo las teclas para escribir sobre videoclips, esos objetos de deseo que vivieron su clímax en la era MTV, y en el frenético scrolling ha captado mi atención Big Noise, una pieza animada con factura de cine noir.
El trabajo de nueve animadores a manera de cadaver exquisito te atrapa apenas resuena cadencioso un redundante y terso bajo al que se integran con vocación y encanto vibrantes metales que establecen el ritmo de la trama de ésta pieza audiovisual producida por King Deluxe.
El videoclip acompaña a la pista homónima de la banda holandesa Lucinate y encabeza su tercer entrega discográfica, una pieza meticulosamente producida y posiblemente uno de los mejores discos de este año 2018.
