¿QUÉ DE LO HILVANADO POR NUESTRAS MANOS HARÁ ECO POR EL VACIÓ DEL COSMOS?
Ricardo en desolado éxtasis sosegado le dice tranquilo a Lydia al darse cuenta que la vida pasa y no permanece, nada deja y nunca regresa: Enlacemos as mãos.
No hay repuesta convincente que podamos arrojar a nuestra existencia, y es en el momento exacto en que descansamos de la absurda búsqueda de una, en que incrédulos nos posamos a admirar el maravilloso espectáculo que se gesta en nuestros alrededores y en nosotros mismos.
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Qué pérdida de tiempo construir muros, erigir vastos rascacielos como si las deidades pudieran caber en ellas, ¡las deidades nos tienen condenados a las fuerzas gravitacionales de las masas cósmicas! Y si algo habría de permanecer será la huella que dejemos en las orillas del río de nuestras delicadas y robustas manos enlazadas.
Desenlacemos as mãos, porque não vale a pena cansarmo-nos.
Quer gozemos, quer não gozemos, passamos como o rio.
Mais vale saber passar silenciosamente
E sem desassossegos grandes.
Pero aun así, todo es en vano, Charles, en su tumba, nos deja un consejo consolador: Don’t try.
Seamos como Ricardo y Lydia, con sutileza permanezcamos en la tierra y en los sueños, al ritmo de nuestros respiros dejando que nos definan nuestras sombras.