La cámara fotográfica puede ser un pasaporte a la vida de las personas si se aborda un viaje con diversas inquietudes en el equipaje.
El pasado mes de mayo, Thom Pierce, fotógrafo británico, revistió el país de Lesoto en África meridional. A finales de 2015 realizó una estancia para capturar las imágenes para una serie llamada “El precio del oro”, un registro fotográfico sobre la enfermedad pulmonar que se manifiesta en los trabajadores de las minas de oro de la región. Ese viaje sembró una deuda personal.
La necesidad de contar historias llevó a Pierce a la zona montañosa de Lesoto, Semonkong o Lugar de humo. Una comunidad inaccesible en auto, donde los locales transitan sinuosos senderos a caballo.
Con una infraestructura mínima, Pierce, acompañado de un intérprete y un breve equipo, pasó ocho días en los largos caminos a Semonkong, interceptando a su paso a los viajeros que se trasladan grandes distancias para llegar a tiendas, clínicas o escuelas.
Mantas y pasamontañas, ricos coloridos textiles, una fuerte declaración visual que en dramático contraste con el paisaje montañoso, otorgan una cualidad etérea y atemporal. Los jinetes de Semonkong, se compone de una serie de 42 retratos que incluyen jinetes, viajeros y pastores jóvenes.
La serie recuerda a las pinturas heroicas de estoicos caballeros de batalla.
Thom Pierce, vive actualmente en Ciudad del Cabo, África del Sur. Su trabajo explora los límites entre el arte, la fotografía documental y el retrato de comprometerse con cuestiones de importancia cultural, social e histórico.
Recibió el premio Piclet 2016 para la fotografía africana contemporánea y el premio narradores 2016 PDN. Su obra ha sido ampliamente publicada en periódicos, revistas y libros y ha aparecido en gran medida como parte de varias campañas de derechos humanos. Una colección de su obra se encuentra en la colección permanente de la Galería Nacional de Sudáfrica.
