La salida de Apu no cambia nada

Apu - Los Simpsons

La serie de Matt Groening decidió sacar a Apu por considerarlo un “estereotipo racista”. ¿Es realmente una decisión nacida de una convicción sincera o una estrategia de marketing? A mí me parece que toma más en cuenta el cambio en el mercado antes que una convicción.

Los Simpson siempre han sido una caricatura estereotípica. Todos los personajes –de ahí viene el término caricatura– son una deformación para hacer personajes tomados de un colectivo social (el estadounidense). Homero es un estereotipo del “americano promedio”, Lisa, de una intelectual, Marge, de la madre.

La efectividad de su humor reside en el uso de estos elementos. Un personaje estereotípico es una técnica narrativa primaria: todas las literaturas del mundo la comparten. Si un personaje tienda a ser humano es por un desarrollo moderno. Y parte de su popularidad reside en los usos técnicos “clásicos”.

Siendo congruentes, toda la serie debería ser cancelada, ya que muestra, capítulo a capítulo, un humor basado en una desigualdad que nos causa gracia. Pero quien ha visto los Simpsons por años, sabe, que sus personajes son más que estereotipos. Apu nunca ha sido tratado de forma racista. Si bien, la visión americana no representa para nada la realidad, en ningún momento su estereotipo hindú tiene en sí un discurso de odio, sentido peyorativo, sobajamiento o sumisión. Eso es el racismo, según Bonniol en El color como maleficio…, quien analizó la contradicción racial de sociedades como la haitiana. En ella, negros discriminaban a otros negros por diferencias en tonos dadas por el grupo dominante. ¿Por qué sucedía esto? Los individuos dominantes elijen rasgos inmediatos y los vuelve discursos que legitima prácticas de poder.

Si a Apu lo viéramos siendo explotado como a un trabajador en situaciones asimétricas, como muchos mexicanos, sería un estereotipo racista. Si viéramos que es excluido y maltratado podríamos estar de acuerdo. Pero Apu es dueño de una tienda, conserva sus tradiciones e interactúa de maneras muy complejas y humanas con su comunidad. Por ello la decisión de su salida es extraña.

Apu - Los Simpsons

Una caricatura tan longeva debe adaptarse, sigue siendo un producto de consumo. Esto es lo que está sucediendo en el fondo. Antes que un acto de buena voluntad es marketing. Estos actos “progresistas”, en realidad, son atole con el dedo ante verdaderas reivindicaciones simbólicas y, más importante, ante el problema de fondo: la explotación. La de los inmigrantes, la de cualquier ser humano que debe venderse como fuerza de trabajo, ilegal, lejos de derechos y obligaciones en los lugares que radican.

Realizar una acción como ésta, en vez de cambiar la narrativa hacia un Apu menos estereotípico, quita espacios de visibilidad; hace dormir a sus consumidores con la consciencia tranquila porque creen que se ha hecho la diferencia al ser más “tolerantes”. La tolerancia, la libertad, el respeto, la paz –grandes valores, sin duda– pueden servir muy bien para la erradicación, por ejemplo, en el mito del Día de Gracias estadounidense. Sacar a Apu no cambia nada. ¿Somos menos racistas, intolerantes, menos ignorantes? No lo creo.

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