El mundo aburrido debe caer

¿Y si… quisiera enamorarme en un mundo sin diversión?

Jueves por la tarde, el día había transcurrido normal, rutinario, la mirada clavada en la pantalla del computador sin una tarea específica, de pronto entra una urgencia de “-hacer algo hoy”, busco en el teléfono a quien podría llamar para acompañar esa necesidad y lo suelto casi con la misma velocidad pues no hay nadie a quien recurrir. Empiezo a mover los dedos rápidamente en el teclado para investigar que sucede en la ciudad y solo un evento vibró conmigo, el nombre: “Nufonia must fall”.

Nufonia, Kid Koala
Foto: Joshua D Ruelas

La primicia: “Cine, teatro y música conviven en tiempo real en este performance”; los creadores Kid Koala y K.K. Barrett. Inició siendo una novela gráfica que vio la luz en 2003 sin diálogo, en blanco y negro, con 350 páginas de imaginación, después se sumó la banda sonora y hasta 2011 se gestó esta puesta en escena.

Kid Koala, dj de tornamesas con larga historia en la música, unió esfuerzos con el diseñador de producción nominado al Oscar K.K. Barrett para hacer que la historia cobrara vida con títeres y en vivo, como una película proyectada, para que el público pudiera ver un espectáculo multimedia; todo un equipo pasando de un set en miniatura a otro, transmitiendo sobre sus cabezas, editando en tiempo real, subtítulos incluidos y la creación de la película misma.

El show inicia desde la entrada al teatro donde te entregan una tarjeta de bingo con ilustraciones de la obra, que cumple la tarea de sensibilizarnos con el mundo que han creado. Kid Koala entra en escena y cuenta que Nufonia es un juego de palabras en ingles, no-fun-ia (el lugar más aburrido), pero ahí estábamos para todo lo contrario entusiasmados con el juego que da inicio a la presentación, un niño grita “¡lotería!” y el cuarteto “Afiara” inicia arrancándonos el aliento.

Nufonia, Kid Koala
Foto: Joshua D Ruelas
Nufonia, Kid Koala
Foto: Joshua D Ruelas

5 cámaras, 20 sets, 47 marionetas, 8 titiriteros; un cuarteto de cuerda y Kid Koala en piano, tornamesas y percusión; cuentan la historia sobre un robot que intenta escribir canciones de amor pero no puede cantar, solitario y melancólico, viviendo en una gran ciudad, quiere llamar la atención de Malorie, inventora de robots, mientras una versión mejorada y más eficiente lo reemplaza en cada ámbito; después de todo puede describirse como una historia de amor con todos los elementos clásicos.

Nufonia, Kid Koala
Foto: Joshua D Ruelas
Nufonia, Kid Koala
Foto: Joshua D Ruelas

Y entonces, ¿que hacer para enamorarme en un mundo aburrido? Termina la obra, nos invitan a ver y fotografiar todo lo que estaba sobre el escenario, cuando es en vivo el público siempre somos parte del show, si algo es gracioso entonces juegan con nosotros, si es serio entonces lo alargan para no robarnos esa experiencia, esto hace única esta puesta en escena que se evapora hasta la siguiente función. Sentía el placer de estar solo; la desazón de no tener por ahí cerca a nadie; la convicción de que sería mejor sin nadie; las ganas de verla aparecer, salir a mi propia Nufonia.

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