Last Train Home, un proyecto personal de animación donde se distiende un linaje inherente a la violencia, el levantamiento y la protesta social; el prematuro trabajo de Gerhard Human deja los carteles que gritan en las calles de Ciudad del Cabo, Sudáfrica y se arriesga por vez primera en el mundo de la animación.
La narrativa es enigmática, una declaración montada en una ficción de ásperos trazos que contrastan con los movimientos suaves y realistas, logrados bajo la minuciosa técnica de ilustración cuadro por cuadro de la rotoscopía.
Contemplar la pieza final que involucra el talento de Raffertie (Música), Edwin de Swardt (Edición) y Gerhard Human (Dirección), provoca una sensación inquietante y misteriosa, no es un videoclip musical oficial, sino una especie de novela gráfica surrealista en la segregada ciudad de los diamantes.