How To Paint Britney Spears

Exégesis: Blackout Daniela Jiménez
Exégesis: Blackout, 2018, lápiz y plumón, 28 x 35. 5 cm

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Cuando tenía catorce años y me molestaban a diario en la secundaria por ser “puto”, la cultura pop se volvió mi válvula de escape. TMZ, E! True Hollywood Story y la música de Madonna eran mis alicientes de fantasía en una asfixiante ciudad de provincia. Años más tarde me di cuenta de que aquello representaba, más que una evasión de la realidad, una forma de resistencia. Britney, acosada por los paparazzis y los medios; yo, por mis compañeros, en análoga y tormentosa etapa de crisis. Era el 2007 y preferiría no recordarlo.

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Plumones, crayones, lápiz, gouache, material escolar vario. Técnicas que la artista visual Daniela Jiménez Cano (Ciudad México, 1996) utiliza para crear sus piezas, en oposición a los formatos convencionales en la academia de arte local. Materiales que emulan el sentimiento preadolescente y subrayan con colores chillones la educación visual y sentimental de MTV.

Jailbait Manifesto - Daniela Jiménez
Jailbait Manifesto, 2017, lápiz sobre papel, 23 x 30.5 cm

Su repertorio temático es igualmente una forma de resistencia: música pop, telebasura, selfies y portadas de revista, las heroínas de los chick flicks, los niño bien del Colegio Madrid, la pubescencia femenina, el “torpe despertar sexual” y la “memoria muscular” al usar los uniformes escolares como estandartes de opresión juvenil. Jiménez desestabiliza las limitadas convenciones del fan art como vil admiratio: al pintar a Britney, Lorde o Madonna, Daniela se pinta a sí misma.

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Get naked, get naked, get naked, take it off…, dice la canción justo a la mitad de la obra maestra de Spears, Blackout (2007). La voz de la cantante y el productor se funden con beats y sintetizadores tenebristas, distorsionándose como un viscoso mensaje subliminal. Cuando tenía 14 años ni quiera podía hallar la connotación sexual. Para mí, como para muchos, su narrativa me incitaba a liberarme. Más que reapropiar, reclamar a la música dance-pop como acto de defensa.

Frat Boys - Daniela Jiménez
“Frat Boys” V, 2017, crayón de cera sobre papel, 23 x 30. 5 cm

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“If you ever wanna see a gay club truly explode, request Gimme More and wait for ‘It’s Britney, bitch’ to drop — a true declaration of survival and resilience”, afirmaba Robin Carolan, fundador de Tri Angle Records, con motivo del décimo aniversario de Blackout 1. Diez años después, tratar en términos artísticos a Britney Spears no es irónico ni cursi. Es una lectura exegética que intensifica el elemento personal y subjetivo en la creación artística, y que pone entredicho el juicio de aquellos —heterosexuales, blancos y privilegiados en su mayoría— que nos dictaban, como señala Carolan, lo que era real.

 

Michelle Lhooq, Owen Myers y Myles Tanzer, «It’s Britney Bitch! 12 artists (and Britney) celebrate 10 years of Blackout,» The Fader, 27 de septiembre 2017, http://www.thefader.com/2017/09/27/britney-spears-blackout-interview-10-year-anniversary-2007.

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