La obra de Arturo Rivera es vasta, en su mente, que pareciera compleja, hay una fascinación por un tema universal, la muerte; y la evidencia entre óleos de penumbras queda de manifiesto en su pintura.
Imposible mirar con desinterés, el asombro visual de su galería de personajes marginales que parecen pertenecer a un sueño láudano te asalta súbitamente. El peso dramático de su obra que fue tan radical en las décadas de los 80’s y 90’s, juzgada entonces contracultural, mantiene vigente su sorprendente teatralidad.
Pero a pesar de representar ese oscuro mundo alegórico, Rivera se basa en un sentido de realidad, cada pintura arroja referencias del mundo que el artista observa a su alrededor y nos revela a ese artista que no le teme a la fealdad y que la pinta con obsesión y gran maestría.
Hay un impulso narrativo dominante en su obra plástica, su actitud, Arturo Rivera es marginal por derecho propio y en ese autorretrato se asume y se representa como un pintor de oscuridad.
La belleza de lo horrible es un término que el artista mexicano no acepta de buen agrado, pero ante los ojos del espectador, en particular del que aquí escribe, hay una extraña convención que se puede notar entre sus lienzos, Rivera refleja el horror, la tragedia y una visión descarnada del mundo, pero al final se impone la belleza.
Arturo Rivera nació en la Ciudad de México en 1945. Estudió pintura en la Academia de San Carlos de 1963 a 1968 y serigrafía y fotoserigrafía en The City Lil Art School en Londres entre 1973 y 1974. Se asentó en Nueva York y en 1979, posterior a su exposición en la Walton Gallery, recibió la invitación de Max Zimmerman para trabajar con él en una ayudantía en la Kunstakademie de Munich. Un año después, regresó a México invitado por el Museo de Arte Moderno, donde expuso vez primera.
Rivera ha expuesto de forma individual en Chicago, Nueva York y México; de forma colectiva ha tenido presencia en otros países, como Colombia, Perú, Cuba, Puerto Rico y Alemania.
Además, la obra de éste artista mexicano forma parte de importantes colecciones privadas en México y el extranjero, principalmente en Houston, Nueva York, Helsinki y Beijing.
Actualmente, Arturo Rivera reside en la Ciudad de México y desde la penumbra sigue desplegando su oscuro e irresistible placer.