El trabajo de Sandra Monterroso
Si hay un artista que adopta con éxito los materiales tradicionales e indígenas en un lenguaje visual y simbólico utilizado en las prácticas artísticas contemporáneas es la artista guatemalteca Sandra Monterroso. Diseñadora gráfica de profesión, Monterroso pertenece a la generación de artistas de posguerra civil que se apropió de técnicas internacionales como el performance y el arte conceptual para comunicar temas nacionales.
El trabajo de Monterroso ha evolucionado a través de diferentes materias, medios y técnicas; sin embargo, se ha demostrado que se caracteriza por una conexión segura con su herencia familiar y el papel de las mujeres en la sociedad guatemalteca, en comparación con el resto del mundo.
Como dijo una vez, aunque eludió una categorización de su trabajo, Monterroso afirma que su obra exhibe temas recurrentes en torno al ritual y está impregnada de trasfondos autobiográficos. A través de representaciones, pinturas y esculturas, la trayectoria de Monterroso también ha sido un homenaje a su propia familia y a las mujeres que han coloreado su investigación y vida con sus historias y, a veces, duras realidades que reflejan a muchas mujeres de la región.
Monterroso ha logrado producir un cuerpo de trabajo impregnado de teorías y prácticas poscoloniales y decoloniales; sus logros como artista le han valido reconocimiento local e internacional. A partir de 2013, ella se basó en Viena, candidata en la Academia de Artes de Viena hasta 2017 cuando regresó a Guatemala. El mismo año tuvo dos exposiciones individuales “Inchaq’na / Hermana Mayor” en la Alianza Francesa y “Distorsiones e Imperfecciones”, en la Galería 9.99, ambas en Ciudad de Guatemala. Su última muestra “Hybris” está siendo expuesta en la galería NG Art Gallery en Panamá, curada por Gerardo Mosquera.
En Scoop Art, la obra que presenta Monterroso es una serie unificada por la apropiación de elementos esenciales de la modernidad que tradicionalmente se asocian con composiciones ideales y proporciones equilibradas. En sus acuarelas y pinturas, estos símbolos de la modernidad se distorsionan y reconfiguran para representar las heridas de la promesa fallida de progreso y las heridas que no han sanado. Usando tintes locales, ella usa el achiote para cargar sus pinturas y esculturas con una planta ancestral que ha acompañado la historia de su país por generaciones.
El trabajo de Monterroso es poético y llamativo. Te invitamos a admirar sus composiciones cromáticas, que están matizadas por su historia personal y que resuenan con la historia y la cultura de Guatemala. Asegúrese de seguir el trabajo y la trayectoria artística de uno de los mejores artistas contemporáneos de la región.