Los paisajes son vistos con el corazón en tintas de otras manos. Los colores van difuminándose a lo lejos, alternándose en la oscuridad para dar a luz en la pincelada, a la obra magna. Así emerge lo imposible, que hace del artista un Dios en la tierra, un creador de contornos vivos, cuando los miran otros ojos. Cada composición nos habla de senderos, donde los tonos son imperativos a la percepción. La obra de Torres Correa, inmoviliza, nos lleva por intrincados pasajes, envueltos en azul tenue, depositando imperceptibles formas nunca antes vistas.
Rafael Torres correa es un artista visual – Cuba 1962 – inicia su educación en el arte en 1997 (Francia) de igual manera, ha llevado a cabo investigaciones sobre la abstracción del paisaje. Su trabajo, dirige una mirada al pasado – presente, sincroniza todas sus experiencias, sonidos, colores y eleva a las alturas del pensamiento todos aquellos matices geográficos, que nacen del recuerdo y la añoranza.
La reciente obra de Torres Correa “Efímeros Vientos” busca evocar en el público amaneceres imaginarios, salpicados de simbólicos rojos, donde las imágenes transmutan, respiran y hablan con el espectador sobre el viento que gotea a través del cristal de la memoria. La metáfora fluye en incandescentes mareas amarillas. Los pigmentos flotan, el aire se mueve en cada pintura, y migran emociones paralelas en la concurrencia.
Efímeros Vientos se presenta en GAV – Galería Adriana Valdez – en Guadalajara, Jalisco, desde el 1 de Marzo del año en curso. De igual manera puedes visualizar las múltiples obras de este artista cubano en Facebook pero lo más recomendable es ver su obra en físico. Agradezco las facilidades otorgadas a la Galería de Arte Contemporáneo Adriana Valdés, para la realización de esta columna. Así como al artista Mario Navarro por la amabilidad al proporcionar la información de la exposición.