Poéticas del Freelancer

FEDERICO MARTÍNEZ, DIBUJANTE

Todos los días hablamos de la “producción artística”, pero rara vez de las condiciones bajo las cuales se gesta. Hay cierto pudor o abuso de modestia para preguntarnos lo más obvio: ¿de qué viven los artistas en México? Y uno responde: seguramente de su obra. ¿Y si no es así? ¿Y si el artista tiene que efectuar muchos otros trabajos para sustentarse? Si tal discreción se trata de un mal hábito, ya sea por parte de la institución o de los circuitos del arte, las circunstancias actuales no nos pueden hacer pasar por alto la pauperización gradual y silenciosa a la que están sometidos los creadores culturales en nuestro país.

Los recortes presupuestales y el Capítulo 3000 son apenas los detonantes que nos obligan a aludir, directa o indirectamente, a un panorama desalentador. Cabría pensar el arte como una especie de elegante fantasmagoría que se desvanece en cuanto es nombrado el tema del dinero, del artista como prestador de servicios, del artista como freelancero.

Freelancer - Arquitecturas de la fatiga
Img – Sofía Santillán

A propósito de estas preguntas, tuve la oportunidad de presenciar el más reciente montaje de Federico Martínez Montoya (Ciudad de México, 1984), en Galería Breve. Arquitecturas de la fatiga presenta quince dibujos, cada uno es un plano isométrico construido por los trazos que representan, en distintos colores, las ventanas en el computador personal del artista y los minutos consumidos en una jornada laboral como freelancer de múltiples trabajos (content manager, diseñador, ilustrador, etc.).

En este obsesivo ejercicio procesual, Martínez propone estructuras del desgaste físico y mental de un cuerpo que no deja de producir.

Freelancer - Arquitecturas de la fatiga
Img – Sofía Santillán

Sin duda, el consumo digital en redes sociales nos ha transformado en cuerpos hiperproductivos: no dejamos de crear contenido y, es muy probable, dinero para otras empresas. Como la otra cara de la moneda, Arquitecturas de la fatiga nos hace imaginar la posibilidad de cuerpos improductivos en una sociedad que nos exige circular capital a toda costa. A la par de la economía laboral, en estos dibujos opera una economía de un tiempo dilatado, un presentismo electrónico que, incierto e inflexible, se desborda y se experimenta de manera distinta al tiempo real, de Facebook a Adobe y XVideos.

La imprevisible estrategia visual que Martínez emplea, como una incisión entre distintos campos (el cultural, el laboral, el de la ciberesfera), desata, por fortuna, más preguntas que respuestas. Para Luis Mosquera, el curador de la exhibición, los dibujos de Martínez Montoya plantean la disolvencia entre trabajo y ocio.

Freelancer - Arquitecturas de la fatiga
Img – Sofía Santillán

Yo agregaría que operan a manera de metonimia, y aunque esquemáticos y minuciosos, apuntan siempre hacia un cuerpo en movimiento. Son, en conjunto, un autorretrato del yo-productor que contrasta con la reserva habitual del artista mexicano contemporáneo al hablar de una economía subjetiva y personal. Así, Martínez consigna admirablemente la puesta en escena de la agridulce intimidad laboral del freelancer y, al mismo tiempo, pone en cuestión problemáticas urgentes del contexto artístico nacional.

Arquitecturas de la fatiga estará hasta el 7 de julio en Galería Breve (Berlin #37, colonia Juárez, CDMX).

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