Apócrifa Art Magazine

El placer de liberarse, Wang Yuping

El valor de la expresión cotidiana del ser humano se retiene en la memoria al tiempo que se transfigura entre recuerdos.

La obra de Wang Yuping es una historia de vida, un espejo en el que el espectador puede encontrarse en los trazos de una manufactura honesta y agreste. De la memoria de este artista oriental se desprenden residuos flotantes que parecen liberarse a través su pincel.

Contrario a lo que pueda interpretarse, el arte de este artista pekinés no es un trabajo reflexivo, tampoco una búsqueda deliberada de un significado simbólico en las escenas que representa, el valor está en los detalles simples, en la fidelidad a su espíritu evitando caer en juicios.

En el arte actual, se habla demasiado de ideas y puntos de vista, pero a veces la mayor parte del placer radica en crear para sí mismo. Pero esto no implica la desaparición de un discurso, el trabajo de Yuping muestra algo elemental, los códigos identitarios están ahí y con ellos se desvela una representación racial, social y cultural que se tejen en el interior de los encuadres de su obra.

Casi sin darnos cuenta somos invitados a tomar asiento en el espacio íntimo de personas que guardan con este artista un vínculo personal, como acto de su voluntad quedamos atrapados en un instante irreal donde el tiempo se disloca y se vuelve longevo como muchos de sus personajes.

Quizás este proceso creativo de reescribir el tiempo, en realidad se trata de un ejercicio de resistencia a la pérdida de la memoria, de amplificar esos momentos de su vida que giran en torno a experiencias cotidianas que construyen la forma y el curso de buscar su propio yo.

Entonces Wang Yuping recurre a la recuperación irónica de la memoria, lo que comienza como una entrañable experiencia lo traslada a la imagen, lo vuelve literatura y lo vuelve imagen y por sobre todo, en un estilo sobrio, lo mantiene interesante para sí mismo.

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