Apócrifa Art Magazine

Las Tres Gracias de Sergio Garval

En diciembre del 2017, fue inaugurada en Guadalajara, Jalisco, la primera de tres piezas que conforman la obra “Las Tres Gracias” del artista Sergio Garval. Tengo el placer de conocerlo, por lo que sé que además de creador talentoso y disciplinado, es una persona congruente y generosa, digna de crear tan emblemática obra para su natal Perla Tapatía.

Sergio Garval, también pintor, dibujante y grabador; contaba ya con una carrera prolífica y vasto reconocimiento, pero -sin necesidad de ver ya montadas las dos piezas restantes de la triada: “Alegría” y “Belleza”- afirmo que con esta magnífica obra, el maestro Garval, se consagra como uno de los grandes artistas de la Historia del Arte Mexicano.

Fotografías – Sergio Garval

Elaborado en la milenaria técnica del bronce a la cera perdida, el conjunto escultórico monumental está diseñado para apreciarse a la distancia y también de cerca, en auto o a pie, y promete una experiencia estética dinámica, lúdica y representativa de Guadalajara. “Abundancia”, la pieza recién inaugurada, despide a los viajeros con un gracioso beso. Su porte elegante y sofisticado, su figura etérea, graciosa y sensual, aunada al portentoso y enérgico equino sobre el que está de pie, es resultado de un dominio soberbio de la técnica, de una mirada exquisitamente entrenada; y por supuesto, de un profesional trabajo en equipo que Garval supo dirigir muy bien. Esta primera pieza, por sí sola, deja en claro que la inversión fue atinada.

La inauguración de esta obra es motivo de celebración y orgullo para los jalisciences, y para todos los mexicanos. Es también motivo de reflexión en cuanto a las propuestas escultóricas que son aceptadas para ser parte del acervo de arte público, y que son pagadas con recursos de todos los ciudadanos. En la actualidad varias ciudades provincianas de México están valorando la importancia de esta manifestación, sin contar con la asesoría de profesionales en la materia, o sin seguir las asesorías adecuadamente. El caso actual más extremo es el del Parque de los Superhéroes de Ixhuatlancillo, Veracruz; donde se agradece la intención, pero se evidencia la enorme falta de bagaje cultural, y la falta comunicación con artistas escultores locales o regionales.

El trabajo de Sergio Garval debe servir de ejemplo para considerar que no basta con instalar esculturas mediocres a diestra y siniestra, sino que es imperativo que se ofrezca a los espectadores un proyecto sólido estética y conceptualmente, con obras bien pensadas, duraderas y de factura impecable. Aunque eso suponga una inversión mayor, definitivamente será dinero bien utilizado que se transforma en patrimonio artístico de los mexicanos.

Ojalá que cada vez más, veamos en nuestro país obra escultórica de este nivel de calidad.

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