Apócrifa Art Magazine

La celebración de la liberación

Pascuas, Buenos Aires

Este año tuvimos un raro encuentro. Pésaj y Pascuas cayeron en el mismo momento. Se abrió un nuevo portal en el desierto. Así cuenta la historia en un antiguo testamento. ¿Dios está muerto? Eso lo hablamos en otro momento.

Lo cierto es que en mi ciudad que no es Caracas, se pudo festejar a puro incienso. Un fin de semana largo para juntar lo incierto. Hice un remolino de celebraciones en todas mis religiones. En mi trabajo, los más religiosos, me dieron 10 días libres para preparar una exhaustiva limpieza y quitar los adornos. El pan, el ego que se leva, es un mismo trastorno.

Los cabalistas analizaron la alimentación de un gran plato redondo con la metafísica del entorno. También me invitaron a una mesa familiar en el barrio de Villa Crespo local. De religión poco se habló, pero se comió gefilte fish un montón. El domingo, claro está, tocó degustar huevos de chocolate y aceptar al otro mesías actuar.

Es extraño el arte del ser humano cuando se trata de encuentros, creencias y visiones. Algunos usan Tinder, saben del amor o buscan colchones. Lo cierto es que en Buenos Aires tuvimos 5 días libres y eso mola un montón. Este auspicio al ocio me llevó a Instagramear bastante. Descubrí cantidades de obras que se regalan al Dios que cada uno nombra. Es increíble pensar lo que este Señor asombra.

Foto: sweis78

Las guerras inútiles que ésta imagen zozobra. Es antiguo el tema y no deseo oscurecer tu sombra. Sigamos con el postre, ese que se espera en desorden. Así pasan las celebraciones, con actos de psicomagia como en un bosque. El afán del hombre por encontrar su nombre. Pero pasen y vean, es maravilloso el desmadre. ¿Cómo sería vivir en Dinamarca, si todavía tenemos las religiones? Ojalá estas Fiestas nos den orden. Paz. Para donde es que va y para qué el Hombre.

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