Herminda de la Victoria,
murió sin haber luchado,
derecho se fue a la gloria,
con el pecho atravesado.
Herminda de la Victoria / Victor Jara.
Terminó el año y por lo tanto el odio a José Feliciano, a Luis Miguel y su Navidad, al tamborilero de Raphael y ¡arggggggg! a la rondallita con su burrito de Belén… Gracias 2018 por hacerte presente y encapsular mi sentimiento navideño por los siguientes 300 días. Y como el tiempo pasa fugaz, encontrar algo de música en estos primeros días se ha vuelto un tanto complicado, ya sea por el bombardeo total de fin de año que dejó como resultado una desgastada industria de la música; o bien, por la falta de riesgo que puede un artista al tener que confiar en un proyecto bien elaborado que logre acaparar la atención y del que se hable positivamente en las reseñas.
De manera sorprendente, he tenido la oportunidad de escuchar la excepción que hace la regla, se llama Jeff Rosenstock, así que te llevaré de la mano hasta su último disco. Para comenzar y como referencia a su último proyecto llamado Bomb the Music Industry! (conocido también por las siglas BtMI), en donde el colectivo de Nueva York basado principalmente en géneros como el punk, synth pop y hasta el hardcore, sobresale fielmente la influencia por Neutral Milk Hotel y comparados en algún momento con Fugazi, escribían, producían y distribuían su música bajo la supervisión de Rosenstock, en el que uno de sus principios era hacer partícipes a sus seguidores en cada una de sus intervenciones musicales, pero como todo llega a su fin, la extinción del proyecto se hizo posible debido al desgaste de la mayoría de integrantes en el 2014.
Retomando la música en el 2016, el crítico social y consciente Jeff Rosenstock quien, en forma de protesta a la elección de Mr. Trump (como si lo viera venir), nos entregó un disco oscuro para tiempos oscuros, WORRY, el cual, bajo esta perspectiva, conectó de inmediato con la gente ubicándolo en el mundo de los grandes festivales.
POST es aventurero, llama la atención desde su fondo, desde un surf a velocidad aumentada, irreverente y contestatario, de melodías simples y piezas ambientales que proyectan su preocupación por el futuro, dejando esperanza en cada oyente para que, de manera desafiante, actué día a día incluso si el paisaje se torna un tanto desolador. Él ya lo hizo. El que no arriesga no gana.