A la FIL puedes amarla u odiarla, no importa realmente ya que siempre habrá quien vaya a ella esperando ser sorprendido por la estructura del Pabellón del país invitado, o por la selección de títulos que las diferentes editoriales traen para ofrecer al público.
Este año no es la excepción, quienes vayan a la FIL esperando encontrar una atmósfera repleta del misticismo y de esa especie de aura mítica de la India, debe saber que el Pabellón es muy simple, muy sobrio, con algunos colores en símbolos que cuelgan del techo, algunas letras de gran formato con un poco de colorido, y es todo.
Esa es la presencia de la India en la FIL. Pero no es nuevo, si bien la decoración del Pabellón del país invitado es uno de los elementos más esperados de la Feria, hace algunos años que las expectativas de los visitantes asiduos han disminuido, en un intento por no ser defraudados al esperar algo que sumerja al visitante en una atmósfera de aquel país que nos visita, y al final tener un simple y llana decoración.
Pero no crea todo lo que digo, mejor dese una vuelta por sus pasillos y compruebe, vea si siente la presencia de la India, si percibe su olor o sus sonidos, si los muros y los pasillos le hacen sentir un poco de los colores y aromas del Oriente asiático. Si no es así recuerde que los libros siempre estarán en los estantes de las librerías y editoriales que vienen a lo que importa: vender libros.